miércoles, 23 de abril de 2014

Hoy hace un día tristemente soleado...





Como la mañana fría,
como el aire nuevo y renovado de tus fantasías,
como la vida que golpea mi ventana,
como esa vez que te dije que no porque me dio la gana.

Hoy me siento volátil y finita,
siento la amargura de la madrugada,
siento pena del sol, y de la luna,
siento pena de ti que estás tan muda.

Hoy corro en el clamor de un nuevo día,
huyendo de la trampa de tus dientes,
soñando con promesas incoherentes,
fingiendo comprender tus despedidas.

Vivo aferrada al cierre de tu puerta,
contándote las horas con los dedos,
vivo sintiendo el peso de este vuelo,
soplándote las alas hacia arriba.

Empujo del revés de tus heridas,
volviéndote la carne del derecho,
quedándome en el fondo de tus dudas,
muriéndome en el quicio de tu pecho.